Necesitaba un respiro...

... Y me encerré.

En mi casa, en mi familia más cercana y en mí misma.
Desconecté el fijo, silencié el móvil y poco me pasé por el internete.
No ví a nadie y no hablé con nadie, casi ni con mis VIPs del alma queridos.

Sentí la necesidad repentina de quedarme aquí haciendo NADA.

Nada, aparte de recuperarme del último meneo que me dió mi amiga la degenerativa. (Ya pasó por esta vez, que lo sepan).

Nada, aparte de no querer pensar en lo malo ni en lo bueno.

Nada, aparte de dormir lo justo, lo necesario y más.

Nada, aparte de estar con mi hijo, ver alguna peli, leer la prensa del domingo tranquilamente, volver a echar un vistazo a mis queridos libros de arte, bordar y calentarme las manos abrazando tazas de chocolate caliente...

Nada, juas, juas.

Necesitaba DESCONECTAR.

El problema es que lo hice sin dar muchas explicaciones y parece que no sentó bien a algunos que intentaron ponerse en contacto conmigo una y otra vez, por lo que hago una pregunta : ¿Cuál es el tiempo que se considera "normal" para dar respuesta a un correo que no crees urgente?

La verdad me da igual.
Hice lo que creí necesario para mí, para mi salud física, para mi salud mental... Y me fue bien, oye.

Ale, vuelta a la normalidad, que ya estoy abriendo la puerta de mi particular burbuja, ésta que duró unos días y que TANTO bien me hizo.

Me abrigo y mañana nos vemos, nos hablamos, nos leemos, nos comentamos, nos tomamos un cafelito, nos queremos y esas cosas que hacen falta.

Bicos a moreas.