6 de diciembre de 2008

No me digas que es ley de vida porque no me consuela.

(Lo que sigue me sirvió para elaborar posteiormente el In Memoriam publicado en El Correo Gallego el 22 de Enero de 2.009. En su día no imaginaba que aún tardaría más de un mes en dejar de sufrir.........)

Hoy mi pequeño y sencillo homenaje a un hombre grandooooote de cuerpo y de corazón.

El pasado 28 de Septiembre hicimos una comida para toda la familia en Portomouro. Y cuando digo toda es toda y esto incluye primos, tío, nietos y demás.

Como al día siguiente el tío Manolo estaba de cumpleaños, me apeteció darle una sorpresita y hacerle soltar el cigarrillo durante 5 segundos para que soplara nada menos que .... ¡¡78!! velas.

El coro completo, grandes y pequeños, le cantamos un cumpleaños feliz que fue muy especial. El tío Manolo es el tío que todo el mundo quiere tener, grandote y bonachón como él solo.

Toda la vida por Santiago con su moto (trabajaba en Correos), siempre me cuentan que mi hermana cuando era niña se ponía en el medio del Camino Nuevo, cuando Santiago aún era un pueblo, esperando a que pasara el tío, pararlo y que le diera su moneda para chocolatinas. Sacó a sus cinco hijos adelante con esfuerzo y trabajo. Tiene una familia grande con unos cuantos nietos. Los demás somos sobrinos, pero más de lo mismo.

Es de esas personas que siempre está para lo bueno y para los malo. Para los problemas y para la fiesta.

De un tiempo a esta parte los sábados era cita obligada comer juntos y él y la tía se sentaban a la mesa de Portomouro puntualmente a compartir viandas, charla, risa y sobremesas.

La vida le dio un toquecito hace un año del que salió con valentía, como es él.

Las amistades no preguntan por MI tío, preguntan por EL tío Manolo.

Nuestro párroco que de vez en cuando también se sienta en esa mesa grande que preside mi papá, también se dirige a él como "Tío Manolo" y a él le gusta, que se le nota.

Desde niña lo recuerdo con su vozarrón, no le daban llegado nunca los postres para empezar a cantar, ya fuera boda, comunión o simplemente que estuviera de tazas por el Franco. Gran amigo de sus amigos, y esto lo sé porque me lo cuenta mucha gente, de las reuniones, de las fiestas...Y esa carcajada que tiene...

Hace un par de días se puso malito. Mi marido estuvo con él y me recomendó que fuera a darle un beso. Me colé y cuando lo ví allí..... Cogí su mano y me la apretó, giró esos ojos verdes hacia mí y aunque tardó un par de segundos en darse cuenta, siguió mirándome y le salió una lágrima.

Me duele saber que se dió cuenta de lo que estaba pasando. Aunque yo, a pesar de lo que me indican y de lo práctica que suelo ser para estas cosas, hasta el momento en que me digan que ya está seguiré pensando que aún hay esperanza. La vida es esperanza.

Me gustaría que hubiera sido fulminante, porque las personas nobles no se merecen esta lentitud.

Ahora me dicen que lo han sedado y que se está yendo despacito, muy despacito. Sin ruido y sin follón. Me insisten en que no se está enterando de nada y que no sufre. Nadie ha vuelto de allá para garantizarme que realmente no te enteras de nada, pero quiero convencerme a mí misma, en estas horas que se están haciendo eternas, de que YA está dormido...Porque a este hombre siempre le gustó vivir.

Allá en el lugar al que se dirige, que alguien se acuerde del cenicero, que siempre nos olvidamos y nos tiene que dar el toque. También por favor tenedle a mano un par de tazas de ribeiro o un buen albariño y... No se olviden que en cuanto vea que la gente ha acabado de comer empezará a entonar cualquier gallegada para que todo el mundo le siga.

Manuel, un abrazo. Se te quiere TANTO.
(Caatró vellos mariñeeeeiros............)

3 comentarios:

Nacho dijo...

Tu silencio me tenía avisado.

Un beso

Juani dijo...

te ha quedado precioso
saluditos

Anónimo dijo...

como he llorado...