Que no se pierdan nunca, no, los buenos momentos.
Los buenos momentos pueden ser grandes o pequeños, pero tendemos a olvidarlos cuando parece que los malos llegan y llenan.
Y resulta que con un pequeño esfuerzo que hagamos los buenos momentos pueden ocuparlo todo.
(Baja hasta la entrada del 12 de Septiembre, lector, comprobarás de nuevo o por primera vez cuáles son algunos de mis sencillos buenos momentos).
Debe ser que estoy sensible, será por eso. A mí, que nunca fui de lágrima fácil, últimamente se me emborronan los ojos ante cualquier cosa por la que antes permanecía impasible (o eso parecía con mi fachada, la que fui derribando en los últimos tiempos).
Esta mañana he vivido algunos momentos muy buenos. Mi amiga de Levante que se acuerda de mí tan a menudo, me hizo esbozar una sonrisa madrugadora, de las grandes, de las que a ella le gustan... Luego un café, un paseíto acompañada (chove, chove en Santiago) y sobre todo una buena conversación que tantas veces se hace monólogo (qué aburrido se le deben hacer mis constantes quejas, tendré que procurar quejarme poco y menos).
Más tarde llegó otro magnífico momento acompañado de una sorpresa tan y tan grande!! Tener ante mí un paquete por abrir no significa sólo que tiene dentro algo, que también mola, lo más importante es que alguien se ha preocupado por buscar algo de mi agrado, de hacérmelo llegar desde el quinto pino.... Tanto cariño puesto en el envío que no sé cómo decir GRACIAS.
Se me hace fácil demostrar que a pesar de las preocupaciones y las tristezas, del dolor, ellos, mis AMIGOS hacen que cada día venga acompañado de momentos buenos que relegan a un segundo plano los malos.
Una amiga bloguera pregunta hoy si conocemos esos tres segundos de felicidad absoluta. Desde aquí le digo que sí, que no es rarita ella, que hay momentos que duran más de los tres segundos por los que pregunta, en los que te invade una sensación de alegría superlativa, que voy a estirar esos momentos TODO lo que pueda.
Los buenos momentos pueden ser grandes o pequeños, pero tendemos a olvidarlos cuando parece que los malos llegan y llenan.
Y resulta que con un pequeño esfuerzo que hagamos los buenos momentos pueden ocuparlo todo.
(Baja hasta la entrada del 12 de Septiembre, lector, comprobarás de nuevo o por primera vez cuáles son algunos de mis sencillos buenos momentos).
Debe ser que estoy sensible, será por eso. A mí, que nunca fui de lágrima fácil, últimamente se me emborronan los ojos ante cualquier cosa por la que antes permanecía impasible (o eso parecía con mi fachada, la que fui derribando en los últimos tiempos).
Esta mañana he vivido algunos momentos muy buenos. Mi amiga de Levante que se acuerda de mí tan a menudo, me hizo esbozar una sonrisa madrugadora, de las grandes, de las que a ella le gustan... Luego un café, un paseíto acompañada (chove, chove en Santiago) y sobre todo una buena conversación que tantas veces se hace monólogo (qué aburrido se le deben hacer mis constantes quejas, tendré que procurar quejarme poco y menos).
Más tarde llegó otro magnífico momento acompañado de una sorpresa tan y tan grande!! Tener ante mí un paquete por abrir no significa sólo que tiene dentro algo, que también mola, lo más importante es que alguien se ha preocupado por buscar algo de mi agrado, de hacérmelo llegar desde el quinto pino.... Tanto cariño puesto en el envío que no sé cómo decir GRACIAS.
Se me hace fácil demostrar que a pesar de las preocupaciones y las tristezas, del dolor, ellos, mis AMIGOS hacen que cada día venga acompañado de momentos buenos que relegan a un segundo plano los malos.
Una amiga bloguera pregunta hoy si conocemos esos tres segundos de felicidad absoluta. Desde aquí le digo que sí, que no es rarita ella, que hay momentos que duran más de los tres segundos por los que pregunta, en los que te invade una sensación de alegría superlativa, que voy a estirar esos momentos TODO lo que pueda.
Que voy a permitir que se queden a vivir conmigo.
8 comentarios:
pues me alegro que hoy brille tu sonrisa, pues es preciosa
saluditos
Ya sabes lo que dice el evangelio (curiosamente mañana), "Al que tiene se le dará..." Debe ser que tú tienes mucho (corazón).
Yo cada mañana cuando me levanto dejo mis malos momentos en la cama para que duerman tranquilitos y mientras me afeito y me miro al espejo me digo a mismo.
PARA GUAPO YO Y PARA CHULO MI CABALLO, la vida hay que tomarsela con optimismo, y nunca olvidar que no hay nada mal dicho que no se puedad decir con una sonrrisa.
Un beso.
JUAN
Wow, me ha costado un poco leer todo tu blog, pero al final lo he conseguido. Sólo quiero añadir, que aquí me tienes (lejitos) para lo que sea y que desde ahora seguiré tu blog con asiduidad. Siempre has tenido buena pluma!
Un besazo desde lejos
Jose
Esos momentos no hay que contabilizarlos, sólo vivirlos y disfrutarlos con toda la intensidad que nos sea posible.
Un abrazo grande Marieta y me alegra verte así de animada, de verdad.
Hola guapetona,
Que alegría verte así de contenta. Ya era hora que dejáses los malos momentos aparcados y aprovechases los buenos, que aunque por norma general abundan más los malos que los buenos pero cuando tenemos uno bueno engulle a todos los malos.
Un beso.
Buenos momentos siempre hay, y algunos duran mas que esos 3 segundos ;) vienen cuando menos te lo esperas, tampoco tienen que ser grandes acontecimientos, un café con un amigo, puede convertirse en un gran momento.
Te entiendo perfectamente guapa ;)
Besos.
Hola vecinita!!! he recibido tu email y muchas gracias ppor preocuparte por mi. Gracias a Dios ya estoy bien como dicen por aquí, "xa estou pra outra"ja,ja,ja.
Un beso guapa y sonrie que es gratis y sienta de vicio.
un besooooo
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